domingo, 1 de abril de 2012

Proyecto Malaspina

Una de las vueltas mas interesantes que he tenido en mi vida, fue participar (de pura casualidad) en el proyecto español de circunnavegación Malaspina 2010. Me pusieron en lista de espera en caso de q alguno de los q tienen directa relación con el proyecto fallaba, y justamente, dos semanas antes de q el BIO Hespérides zarpara, uno de los científicos obtuvo un trabajo permanente en otra universidad y se fue... corrió la lista, y me pidieron q reemplazara el puesto. El 13 de diciembre del 2010 partimos de Barcelona a Cádiz, y el 15 zarpamos en el Hespérides rumbo a Río de Janeiro.
El BIO Hespérides esperando para embarcarnos en el puerto gaditano de Cádiz. Un par de semanas antes, algunos ya habían viajado a Cartagena para embarcar los materiales q se usarían en todo el trayecto. Esto es, insumos y material de laboratorio para 8 meses de trabajo ininterrumpido. Un trabajo de logística colosal.

La catedral de Cádiz. Según cuenta la leyenda, la "Pepa", palabra código para referirse a la primera constitución liberal de España, se escribió y escondió en Cádiz, en algún lugar de esta catedral. La relevancia de esta constitución es q establecía la soberanía en la nación, y no en el rey, y limitaba los poderes de este mismo, separandolos e independizandolos en ejecutivo, legislativo y judicial.

Aquí el bloque de Microheterótrofos. De izq a der: Julia, Eva, Hugo, Yo, Ana Maria, Pep, Guillem (también conocido como Dr, Pelotudón), e Iñigo (también conocido como Vasco de los cojones salvavidas)
Zarpamos y el mar estuvo siempre movidito... la cabeza tambien y la comida en la barriga tambien...

Las jornadas de trabajo eran bien intensas, entre 16 y 20 h díarias usualmente con sueño interrumpido para controlar experimentos en la borda y cosas asi, pero como tampoco había mucho más q hacer, y la vida en el barco era un conventillo, el trabajo tampoco era lo peor.

En la cubierta, como un señor. El salvavidas era como un colaless más grande, no me gustaba mucho al principio pero luego ya ni lo sentía. Como dicen, el hombre es un animal de costumbres.

El casco también era obligatorio, pero ya con el salvavidas era bastante.

Con el bloque de heterótrofos, ya ven q el único con bata era yo... por lo q me gané el apodo de "Porno Doc", ya q cuando andaba con pantalón corto no se alcanzaba a ver por la bata y las chicas se imaginaban q andaba desnudo por debajo. 

Esta es la "roseta", el corazón de la campaña. Constaba de 24 botellas y una serie de sensores para medir tº, salinidad, conductividad, velocidad de corrientes, oxígeno disuelto, entre otras cosas. Las botellas eran de tipo Niskin, y traían el agua desde la profunidad elegida. se bajaban todas abiertas por ambos extremos, en forma vertical, y se sumergía la roseta hasta 4000 metros. El agua pasaba libremente por su interior hasta q la roseta dejaba de bajar. A los 4000 m se cerraban electrónicamente 4 botellas, y se subía la roseta hasta 3000 m, se cerraban otras 4 botellas y se volvía a subir la roseta, asi en varias profundidades. Cuando llegaba a cubierta, teníamos botellas con agua de diferentes profundidades, de las cuales sacábamos muestras para nuestros análisis microbiológicos. 

En algún lugar en medio del Atlántico. El buque paraba casi 5 h para hacer la operación de la roseta, al tiempo q se hacían otros experimentos también.

 
Y se veía uno q otro cetáceo de vez en cuando.
Ahí discutiendo los protocolos con Hugo, el jefe del bloque, quien luego sería la primera guitarra del grupo classic-rock-grunge Lou Kost en Barcelona.

Los momentos de esparcimiento, q no eran muchos, los pasabamos jugando futbolito en el helipuerto... bueno, lo q la mar nos dejaba jugar en realidad, q siempre había ventaja para uno o para el otro con el meneo del barco.

También pasamos las navidades y el año nuevo arriba del barco, con buenos amigos como Max -quien luego sería el bajista de Lou Kost-, y Laura la acróbata -quien me enseñó el saludo al sol q luego le enseñé a la Anto-, ambos catalanes.

Por cruzar la línea del Ecuador navegando, los marinos nos bautizaron con rey Neptuno y todo. Nos hicieron saltar bajo el chorro del agua de mar -aunq con el guanaco en Chile ya tenía experiencia de correr y saltar con un chorro de agua a presión a al cara-, nos sumergieron en agua café con coloides indescriptibles, y nos bañaron en espuma antifuego, q de paso, quema mucho más los ojos q el gas lacrimógeno. Luego nos dieron un diploma y una cerveza. Nada mal.

Pedazo de Luna q fotografié una noche de cervezas (q fueron todas menos las de año nuevo y navidad, pq hubieron roncolas y otros brebajes menos legales sobre el buque). Esta foto inspiró un relato q escribí en el blog q nos dieron en la website de Malaspina. Aquí está.

Comenzó como un destello entre las nubes, una luz amarilla bien definida y delimitada al nor-este de nuestra popa, justo cuando recién se extinguía el día. Parecía como si un volcán estuviese estallando, allá lejos en el horizonte, como si aquella luz fueran nubes piroclásticas vomitadas junto con magma ardiente y destellante. Más pronto que tarde, cuando la luz del día estaba prácticamente agotada, un fulgor especial se asomaba omnipresente por entre las formaciones nubosas. Acaparando la vista de todos, incluso de los apasionados y borrachos jugadores del campeonato de futbolito -que hasta barra de borrachos tenía-, y de los oficiales que brindaban diplomáticamente en la plataforma de aterrizaje del Hespérides –que no perdían de vista a nuestras féminas colegas científicas-, una luna perfectamente redonda y amarilla despertó en medio del Atlántico, majestuosa y solitaria en un cielo sin estrellas, revelando un camino escondido en el mar desde nuestro barco hasta sus pies. En un momento, una reunión de 100 personas se convirtió en una introspección individual masiva... cada uno recordó a quienes dejamos en la península y a quienes veremos al llegar a nuestro destino. Y yo, particularmente, extendí este momento alejándome del resto, y me imaginé que si Led Zeppelin me pidiera hacer un video clip de su canción Stairway to Heaven, filmaría estos cinco minutos en que la luna llena amaneció en el Atlántico. 

Lamentablemente, por este relato me cerraron el blog y casi me bajan del barco, se armó un revuelo brutal por la parte q dice "Acaparando la vista de todos, incluso de los apasionados y borrachos jugadores del campeonato de futbolito -que hasta barra de borrachos tenía-, y de los oficiales que brindaban diplomáticamente en la plataforma de aterrizaje del Hespérides –que no perdían de vista a nuestras féminas colegas científicas-" y todos los marinos me odiaron desde q se corrió la voz de lo q tergiversaron unos q le dijeron de lo q dije yo q puse en el blog. Puaj. Hasta ahí llegó el blog. Lo bueno es q los amigos científicos estuvieron siempre super cerca apoyandome y apoyándonos entre todos para q no pasara denuevo algo asi. Luego con el tiempo fui conociendo a algunos otros marinos -oficiales todos-, q leyeron el fragmento y no le encontraron ni maldad ni desubicación.

Antes q este relato, publiqué otros tres en el mismo blog, q alcanzaron a ver la luz un par de semanas. Los pondré en entradas diferentes para no desviar la atención de esta vuelta.

Y finalmente, llegamos a  Río de Janeiro el 13 de enero, en una entrada majestuosa por la bahía de Guanabara. Bueno, majestuosa para nosotros q ya llevábamos un mes arriba del puto buque.

Y porsupuesto, a lo q íbamos... fiesta!!! en Río nos encontramos con el grupo de científicos q irían al siguiente recorrido, desde Río hasta Cape town, Sudafrica. Por lo tanto, eramos bastantes. En esta imagen sin embargo, solo estamos los q veníamos juntos. De izq a der, Eva (chilena, ella si q venia para el grupo siguiente), Belén, Gemma, Max, Laura, Jorge y abajo yo.

Y luego de algunos días, cuando ya nos cansamos de fiesta dia y noche, salimos a conocer. Aquí en el Jardín botánico con Laura, Gemma, Belén y Ana, chica portuguesa q fue de increible ayuda para conocer lugares super lindos de la ciudad.

Vista del cristo redentor desde el jardin botánico. Al día siguiente subiríamos a verlo, pero estaba nublado. Plop!

Subiendo en teleferico al Pan de Azúcar, mirando hacia la playa de Sao Conrado

Mirando hacia el centro de la ciudad, a la izquierda la playa de Ipanema y a la derecha la de Copacabana

Un zoom-in a la ciudad, a la izquierda comienza el parque de Tijuca, el parque natural urbano más grande del mundo y donde casi me comieron unos coatíes. 

Belen y Gemma

Las fabelas... no se ven tan terribles desde arriba, jaja

Otras playas q no recuerdo como se llamaban pq no las visité

Y luego, a visitar Ilha Grande. Cruzamos con Max, Gemma, Belen y Laura en un catamaran adaptado hasta la isla, y pasamos frente a la desembocadura de un rio q ya no recuerdo su nombre pero era bastante grande, donde la gente se movilizaba aparentemente por lancha hacia cualquier parte.

El puerto de lanchas

Ilha Grande, en algún lugar

Ilha Grande, en algún mirador

Ilha Grande, en alguna playa

La gente era bien simpática, pero no estoy seguro si eran siempre así, o estaban siempre borrachos. Para los efectos, daba igual.


Una vuelta interesante y constructiva, con altos y bajos pero enriquecedora en cada segundo, con nuevas amistades (amistades de reality, pero amistades al fin), nuevos conocimientos de microbiología,  y nuevos lugares de este hermoso planeta. Cada vez me siento más ciudadano del mundo, cada vez las fronteras significan menos, cada vez las banderas se ven más separatistas.

Y ya en una página del País Vasco, haciendo propaganda a la ciencia en el océano. También mi amigo Felipe me hizo una nota en el Rancagûino de Chile, asi q la fama se está acercando de a poquito, jaja.

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