Las razones para indignarse pueden parecer hoy menos nítidas, el mundo demasiado complejo, los gobiernos muy establecidos y el status quo muy severo, pero siguen ahí, en la dictadura de los mercados, en el trato a los inmigrantes, a las minorías étnicas.
La peor actitud es la indiferencia. Si se comportan así, perderán uno de los componentes esenciales que forman al hombre: la facultad de indignación y el compromiso de estar indignado.
Indígnate! hoy se trata de no scumbir bajo el huracán destructor del consumismo voraz y la distracción mediática mientras nos aplican los recortes. Cómo puede ser que no haya suficiente dinero, si hay quienes se visten con el equivalente al alimento de toda una ciudad? Cómo podemos estar en sequía, si Chile es uno de los países con mayor reserva de agua dulce del mundo? hasta nuestro desierto, el más árido del planeta, se las arregla para conseguir agua suficiente para florecer lujuriosamente cada cierto tiempo. El poder del dinero nunca ha sido tan grande, insolente, egoísta con todos, desde sus propios siervos hasta las más altas esferas del estado.
Modificado de Stéphane Hessel, Idignez-vous! 2011.
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