domingo, 3 de junio de 2012

Al Estadio S'il vous plait!

En Agosto del 2011, junto a mi colega de piso Rodrigo, el Claudio chileno -colega del instituto-, y otro colega de Claudio -chileno también- del cual no recuerdo el nombre porq era un apodo, nos subimos al auto de Claudio chileno (ese era su nombre en Barcelona, a estas alturas un nombre compuesto como Jose Luis) y partimos a Montpellier a ver el partido de la selección Chilena de fútbol contra la de Francia.

Montpellier es una comuna francesa q está poco más allá de la frontera entre Catalunya y Francia. Recién a esta altura son francoparlantes, porq más cerca de Catalunya se parla català. Está bastante cerca también de la costa del mediterráneo y sus playas son parte de la llamada "Costa Brava", donde están las mejores playas de este lado del mediterráneo. Por lo mismo, durante el verano hace bastante calor y la humedad es parte del día a día.

Desde Montpellier a Lattes y luego a Séte
En Montpellier nos recibió un amigo de Claudio chileno, chileno también por supuesto, quien era DJ alli en Montpellier. Allí mismo conocí a Juan Pablo, otro chileno q también acompañaba al grupo al estadio. Juntos todos hicimos un asado antes de salir, y luego ya bien maquillados con cervezas nos fuimos a alentar a la Roja de todos -y como buena afición, haciendo desorden en el tramway-.

Llegamos tan hiperventilados al estadio con el partido (incluyendome), q al fotógrafo de la organización le pareció digno de fotografiarnos. De izq-der: Rodrigo alias monster, yo, el loco q no me acuerdo el sobrenombre, y Claudio chileno.

 Creo recordar q empatamos el partido, pero lejos lo más importante en el estadio fue el cartel q colgamos entre todos en el entretiempo. Fue muy interesante cómo 6 chilenos en el extranjero, q se conocen hace sólo un par de meses, opinan políticamente parecido y con la misma intensidad. Construimos un cartel de 4 x 1 m  en apoyo a la educación gratis y de calidad en Chile, y lo colgamos desde la galería del estadio. No creo q nos hayan filmado, pero la energía de unidad q se creó entre nosotros fue digna de recordar.

"POR UNA EDUCACION DIGNA Y DE CALIDAD". Y yo a mano izquierda afirmando para q no se vuele el cartel. Luego llegó un guardia y nos hizo sacarlo. Misión cumplida.

Al final del partido, Adonde están los sudacaaaaas!!!

Al terminar el partido volvimos a la casa de Sebastián (nuestro hospedador), quien pinchó algunos discos mientras disfrutábamos del resto de la noche, y a raíz de eso es q Juan Pablo me invitó y se ofreció a mostrarme el casco antiguo de Montpellier al día siguiente. Como yo era el único q se quedaba de los q viajamos desde Barcelona, era fácil q me pudiera recibir por una noche más, y así al día siguiente partimos a dar vueltas por Montpellier.

De puro pelotudo, perdí mi cámara de fotos casi-nueva-recién-cambiada. Era la misma cámara q dos meses atrás se mojó cuando me caí cruzando un río en Huinay tratando de llegar al Geyser. Al parecer, aun no era mi hora de tener una cámara. Al menos eso me obligó a escribirlo todo para q no se me olvide!. Asi q del 2º día en adelante, sólo tenía la cámara mierdilla del celular.

Casa de Sebastián en Montpellier, A.P.C (antes de perder la cámara)

Centro de Montpellier. Todo el casco antíguo estaba enredado en estas pequeñas callejuelas

Gran vía de Montpellier, a medio día

Estas fachadas estan pintadas, no son reales. Si no lo escribo, nadie se entera.

Frontis de la catedral de Montpellier

Al frente de la catedral, estaba este edificio donde el frontis de la catedral esta dibujado como si se estuviera reflejando en un ventanal, pero es sólo un mural genial pintado en el muro.

El teatro municipal, q solía ser un mini-coliseo romano



El castillo en el centro de Montpellier... era super gigante, mucho para el tamaño de lo q solía ser la ciudad cuando tenia régimen feudal

Luego de recorrer parte del centro, Juan Pablo me prestó su tarjeta para pedir una bicicleta del transporte público. A diferencia de Barcelona, en donde sólo te dan media hora para llegar de una estación a otra, en Montpellier no hay límite de horario... siempre q sólo sea durante el día. Así q el resto de la tarde la pasé de viaje a Lattes, la playita!

Ciclovía feliz hacia Lattes

La ciclovía iba por el borde de un río hasta que desembocaba en la playa directamente

El ayuntamiento de Montpellier

La orilla del río pronto se convierte en un parque por donde atraviesa la ciclovía... genial!

Parque q eventualmente se convierte en un humedal protegido, por donde se observan miles de aves

Y luego el río entra directamente al centro de Lattes

De hecho, las barcazas eran un medio efectivo para moverse dentro de la ciudad... algunas casas tenían su propio muelle en la puerta trasera.


Y en Lattes, arena y sol, el mar azul... y un helado.

Aprovechando de emparejar el bronceado

Volví a Montpellier justo al terminar el día, a juntarme nuevamente con Juan Pablo para comer algo por allí, ir a ver a Sebastián pinchar unos discos en el local donde trabajaba, tomar unos tragos con alguna nativa de la zona y cerrar el día para marchar pronto por la mañana del día siguiente.

Juan Pablo era cineasta, casado con una francesa profesora de algo como pilates o yoga, pero q en ese momento no estaba. Vivían muy tranquilos en un loft ático en el centro. 

yo tiré mi colchon de campaña abajo.

Al día siguiente bien temprano, continué mi aventura. Destino: tren hasta Sète.

Sète es un pequeño pueblo al sur, que fue construido sobre un trozo de tierra que sale al mar (no se como se llaman estos accidentes geográficos, pero en el mapa de más arriba se ve como es). Por lo mismo, es estratégicamente un pueblo-puerto en donde se puede encontrar una gran variedad de pescados y fruta. Al igual que Lattes, tenía una gran locomoción naval. 

Este es el centro de Sète, donde la gente aparca su barca para llegar a la playa


 En Sète, utilicé mi eterno grado de estudiante para conseguir alojamiento en un refugio de estudiantes llamado Auberge de Jeunesse (Albergue para Jóvenes), en donde me dieron un espacio en el jardín para instalar mi tienda de campaña.

Ahi estoy preparando el terreno para instalarme. 

Y esta era la vista de Sète desde el albergue

En el albergue este conocí a un grupo de gente bien interesante, un día por la noche q le pedí prestada la guitarra a una pareja en el patio. Un venezolano reconoció un par de canciones de las q yo cantaba (lamento boliviano de Sui Generis particularmente) y se unió conmigo con un charango, y luego estos franceses con quienes pasé el resto del fin de semana vinieron con unas botellas de vino para amenizar.

Esa es una foto de noche de mi tocando la guitarra en la cima de la colina en donde estaba el albergue, adonde terminamos la noche para no molestar al resto con las canciones. Atrás se ve la cruz de una iglesia q había allí arriba.

Vista de Sète esa noche desde la misma colina. El buen pulso para sacar la foto no??

Al día siguiente, bien temprano salí a recorrer la ciudad, y volví a la cima de la colina para ubicarme un poco. 
La colina estaba al medio de la ciudad, y desde ahí se veía todo... bastante espectacular.

Los botecillos y las calles de agua le daban un toque bastante interesante a toda la ciudad... eran como grandes avenidas pero más pausadas, sin necesidad de semáforos ni señales de ningún tipo. Sólo comunicación de barca a barca.

Quedé con los nuevos amigos en la playa, en donde conocí de cerca las costumbres pre-matrimoniales de las francesas


La arena en el mar era como la de Pichilemu: oscura y muy fina... agradable de pisar... y la temperatura del agua estaba entre exquisita y deliciosa. La plataforma costera no tenía casi pendiente, asi q pude caminar varios metros hacia dentro del mar sin mucho esfuerzo. En el resto de la playa, la arena era un poco más gruesa y amarilla, pero muy amplia.

Ahí con los nuevos amigos. De izq-der: Inès, Laodice, Luciène y Jean


Tomando sol en calzoncillos (se ve q entraba en confianza, no?), y la chica de negro q va al lado es la q estaba haciendo unas pruebas como de "despedida de soltera". Llevaba una máscara negra y un vestidito bien entallado, y me hechó bronceador en el cuerpo mientras la grababan. Según me contaban, tenía q ir haciendo eso a varios chicos q encontrara en la playa para luego hacer un video y mostrarlo en la ceremonia de matrimonio. Y después en Francia prohíben el burka... 


Laodice e Inès, dos chicas muy simpáticas q vendrán a fin de mes a Barcelona.

Finalmente ese día me quede hasta demasiado tarde en la playa jugando al voley con estas chicas, que perdí el tren q debía llevarme a Montpellier para pillar el bus q me llevaría a Barcelona, por lo q tuve q quedarme (oh dios no!) otra noche en Sète. Las chicas me invitaron a cenar, jugamos a las cartas con unas buenas botellas de vino, y al día siguiente por la mañana me fui directo a Barcelona.

La q yo creía última foto de Sète, antes de descrubrir q perdería el tren y el bus.

Si bien sólo estuve 4 días en Francia, fue una experiencia genial... primero de viajar acampando solo en Europa, de conocer lugares super lindos, de esos q piensas q serían un buen lugar para vivir, y en donde conocí personas muy amistosas y q me recibieron con los brazos abiertos sin conocerme de nada. Todo bien con los franceses.

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