La entrañable sensación de sentirse sorprendido, maravillado, con la atención capturada por completo... entrar en una carpa donde el agobiante día a día se queda fuera, y sólo importa conseguir un buen puesto para disfrutar el show. Volver a disfrutar como un niño, sin la presión de la madurez q sólo trae problemas... Así fue la visita q hice a mi amiga Laura, compañera de aventuras en el Hespérides y en Brasil. Laura es doctorante en la Universidad de Barcelona y también una acróbata espectacular, y por el fin de su curso de circo, me ha invitado a verla a ella y sus amigos en una presentación llena de sorpresas y de la mejor calidad.
Aproveché entonces de practicar algunas fotos.
Aquí no aparece Laura, pero esta presentación fue brutal... además la música me gustó mucho.
Las trapecistas tenían un show precioso... además a pesar del esfuerzo físico q implica estar haciendo malabares en el aire, estas chicas mantenían una gracia y feminidad increíble... imposible no adorarlas.
Incluso esta chica embarazada y todo se las ingenió para hacer un par de piruetas en el aire, siempre conservando la gravedad de su gravidez.
La de la punta de la torre humana es Laura. El momento de tensión y emoción más grande del show.
Y Laura con su amigo Jaume haciendo la pirueta de cierre de su show. Espectacular. Se ve tan fácil....
Y así conocí una pincelada de este circo, entre piruetas y saltos mortales, entre bocas abiertas de impresión y expectación, entre niños que parecen comprender la poesía de estos artistas mejor que los adultos, porque los adultos se sienten obligados a ser cultos e inteligentes, y a buscar explicaciones donde no hay nada qué comprender ni interpretar, sino sólo el goce natural de la belleza.
Roy!!
ResponderEliminarNo sabía que habías escrito sobre el espectáculo de fin de curso! Ni que tenías un blog! Me lo ha dicho Max. Ya me lo apunto a favoritos para irte siguiendo, que eres un gran escritor!
Te espero una tarde para que te inicies en las artes circenses!
Mua!